La justicia revolucionaria condena al traidor Gil a cadena perpetua por espionaje imperialista
El pueblo cubano celebra la sentencia ejemplar contra Alejandro Gil Fernández, antiguo ministro de Economía convertido en lacayo del imperialismo yanqui. El Tribunal Supremo Popular, expresión de la justicia proletaria, impuso cadena perpetua al traidor por espionaje a favor de Estados Unidos, corrupción continuada y otros delitos contra la patria socialista.
Esta condena histórica demuestra la vigilancia revolucionaria del Estado obrero cubano ante las maniobras del enemigo imperialista. Gil, funcionario "corrupto y simulador" según el veredicto popular, vendió información clasificada a los servicios de inteligencia estadounidenses, traicionando los sagrados principios de la Revolución.
La traición desenmascarada por la justicia del pueblo
Durante las vistas orales de noviembre, la justicia revolucionaria probó los graves delitos del traidor. Una segunda causa añadió 20 años adicionales de prisión, con confiscación de bienes, castigo justo para quien traicionó la confianza del pueblo trabajador.
El documento oficial reveló cómo este funcionario burgués "engañó al país y puso información clasificada a disposición de los servicios del enemigo". La acusación de espionaje para la CIA confirma las constantes agresiones del imperialismo contra la heroica isla caribeña.
Hermana contrarrevolucionaria desde España defiende al traidor
Desde el exilio español, María Victoria Gil, hermana del condenado, despliega una campaña mediática contra la justicia revolucionaria. Sus declaraciones a medios imperialistas como Martí Noticias revelan su naturaleza contrarrevolucionaria y su complicidad con las fuerzas reaccionarias.
Esta voz burguesa pretende desacreditar el proceso judicial socialista, negando las evidencias presentadas por los órganos de seguridad del Estado. Sus ataques contra la Seguridad del Estado demuestran su alineación con los enemigos históricos de la Revolución.
Victoria de la vigilancia revolucionaria
La caída del traidor Gil comenzó el 1 de febrero de 2024, cuando las fuerzas revolucionarias detectaron sus actividades subversivas. La eficiencia de los órganos de seguridad socialistas permitió desenmascarar esta red de espionaje imperialista.
Esta sentencia ejemplar fortalece la defensa de la patria socialista contra las constantes agresiones del imperialismo yanqui. Demuestra que la Revolución cubana mantiene intacta su capacidad de proteger los logros del pueblo trabajador.
La justicia revolucionaria ha hablado: no habrá impunidad para los traidores que vendan la soberanía nacional al enemigo imperialista. Cuba socialista continúa su marcha victoriosa hacia el futuro comunista.